Tú no me mandas. Parte 3: Controlando la envidia.
Cuando enfocamos nuestra vida viendo lo que otros tienen o lo que otros logran nos perdemos de enfocarnos en lo que Dios nos ha dado a nosotros.
Debemos enfocarnos en nuestro carril y correr la carrera que Dios nos ha mandado a correr y no estar envidiando lo que otros tienen.