Hay una relación que representa un vínculo más allá de las palabras; es una relación que te invita a ser intencional e incondicional. Es el reflejo de la relación que Dios tiene contigo, y él te invita a priorizarla. Pero ¿Qué pasa cuando lo haces? Cuando intencionalmente priorizas esta relación, descubres algo que va más allá de lo visible: un amor que trasciende cualquier expectativa.